El psicólogo será clave en la cuarta ola invisible de covid: la salud mental

El psicólogo valenciano Enric Valls reivindica la normalización de la figura del especialista en salud mental como un pilar fundamental para el bienestar social y vaticina que la cuarta ola de la pandemia será la «silenciosa» o «invisible», con ansiedad, estrés, miedo, fobias y problemas de familia y pareja.

Desde su consulta en Valencia, el especialista recibe cada día más pacientes con problemas derivados del cansancio acumulado después de tantos meses de restricciones, por la llamada «fatiga pandémica» que cada vez interfiere más hondamente en el bienestar mental de la ciudadanía.

Valls explica a EFE que cada vez «hay más gente que piensa que no le pasa nada y todo está bien, y de repente le entra ansiedad, pánico, fobias o desmotivación tremenda», y van en aumento los casos de «estrés postraumático por las pérdidas sin despedida y derivados de la soledad a la que se enfrentan muchas personas, porque hay gente que lleva un año sola sin tener ningún tipo de acercamiento».

Así, prevé que la cuarta ola de la pandemia será la de la salud mental y será una «ola silenciosa o invisible» con altas cargas de «sufrimiento, rabia e impotencia».

Desde el inicio de la pandemia en su consulta cada vez atiende a más personal sanitario, del cual, señala, «casi el 65 % presenta ansiedad y entre un 50-60 % una sintomatología depresiva».

Además ha aumentado el síndrome de «burnout» o del trabajador quemado -el cual implica un trastorno emocional vinculado al ámbito laboral por el cansancio y presión acumuladas- y que se presenta en este personal de primera línea: «Verbalizan que ya no pueden más, que quieren cambiar de trabajo y que sienten rechazo incluso al hecho de entrar al hospital».

Para el psicólogo la base de la salud y el bienestar mental se está viendo «gravemente afectada por la pandemia». En estos meses, ya casi un año, la salud mental, asevera, «debe estar presente y ser tratada como una urgencia», como «aquel que tiene un accidente y necesita acudir a un hospital».

Cuando uno tiene buena salud mental, según Valls, «se encuentra bien», pero «ahora mismo se dan muchos casos de inestabilidad laboral, incertidumbre, restricciones sociales, de movilidad, problemas familiares… y esto repercute en la persona».

Y apunta que desde la pandemia ha aumentado incluso el consumo de psicofármacos, porque muchas personas acuden a su médico de cabecera o al psiquiatra y relatan que «no pueden dormir, que no quieren comer» y les están recetando medicamentos ante patologías ligadas a la salud mental, por lo que ha indicado que es necesario «no mirar para otro lado», sino «priorizar la salud mental».

Enric Valls ha indicado que antes de la covid-19, las estadísticas de salud mental eran «tremendas», y según la OMS «la depresión afectaba ya a 264 millones de personas en el mundo, y el suicidio era la segunda causa de muerte entre los jóvenes de entre 17 y 30 años».

En España, añade, «según el Comité de Defensa de Derechos Humanos de Confederación Salud Mental España», la ratio de profesionales de salud mental es tres veces inferior a la de la Unión Europea. Esta ratio estaría situada en 6 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, una cifra que en Europa se sitúa en 18 especialistas.

Por tanto, considera que «hay una asignatura pendiente por parte de los organismos públicos y las entidades privadas, que también pueden invertir en esto porque es invertir en salud y tranquilidad».

Valls aboga por «desechar la idea de que ir al psicólogo es algo de locos. Muy al contrario: acudir a un profesional es de persona fuerte, porque el que tiene buena autoestima reconoce sus capacidades y limitaciones y pide ayuda si no puede abarcarlo», resalta.

«El que niega y dice ‘a mí no me pasa nada’, rechaza la ayuda y verbaliza que está perfectamente bien», cuando no es así, demuestra en su opinión «que tiene miedo y no quiere afrontarlo».

Fuente: www.eldiario.es

EMPRESAS VALENCIANAS SE SUMAN AL RETO DE “ALCANZAR LA LUNA” PARA FOMENTAR ENTORNOS DE TRABAJO MÁS SALUDABLES.

Empresas de la Comunitat Valenciana se han sumado a un innovador proyecto, Valencia brilla: organizaciones saludables y solidarias, que cuenta con el apoyo de la Conselleria D’economia Sostenible, Sectors Productius, Comerç I Treball, Conselleria Educació, del Institut Valencià de Seguretat i Salut en el Treball (INVASSAT), el Instituto de Biomecánica de Valencia IBV, El equipo Want de la Universitat Jaume I, Quimacova y de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV). La acción surge para promover modelos de trabajo que contribuyan al bienestar, optimismo y felicidad de los empleados.

El objetivo es promover la participación de los trabajadores para conseguir un ambicioso reto: conquistar la Luna, o lo que es lo mismo, que todos profesionales de las compañías que forman parte de la iniciativa consigan, a través del ejercicio físico diario (correr, senderismo, bicicleta, patines o silla de ruedas) recorrer la distancia que separa la Tierra de la Luna (384.400 kilómetros).

El objetivo es promover la participación de sus trabajadores y conseguir mediante el ejercicio físico diario, registrado a través de una aplicación móvil, recorrer los 384.400 kilómetros, distancia que separa la Tierra del satélite

Para ello, contarán con la ayuda de una aplicación móvil, creada para tal fin (APP “Run to the Moon”), que contabilizará todos los trayectos realizados por los empleados. Los organizadores destacan que esta acción no sólo contribuye a potenciar y favorecer la salud laboral, sino que fomenta la comunicación, el trabajo en equipo y el esfuerzo colaborativo.


Además, cabe destacar que según la Red Europea de Promoción de la Salud en el Trabajo (ENWHP) está demostrado que cada euro que se invierte en programas de promoción de la salud redunda en mayor competitividad, reduciendo los costes por absentismo (entre 2,5 y 4,8 euros) y por enfermedad (entre 2,3 y 5,9). La iniciativa arrancará el próximo 4 de marzo, con una primera acción, una marcha con un grupo representativo de trabajadores en el viejo cauce del río Turia.

Se ha demostrado que cada euro que se invierte en programas de promoción para la salud en el trabajo redunda en una mayor competitividad empresarial

El proyecto también tiene un carácter social, por lo que las empresas que participan realizarán un donativo, cuyo destino será una buena causa, vinculada con los objetivos de Desarrollo Sostenible, que, en esta ocasión, coincidiendo con esta primera edición recaerá en los Premios Hospital Optimista, unos galardones que reconocen las iniciativas y prácticas positivas, que tienen por objeto generar un entorno más saludable para el paciente y familia, y que contribuyen a humanizar la sanidad.

Valencia brilla nace teniendo como referente la actuación, promovida por la empresa química SPB, Fórmula Wellness, un programa transversal y estratégico, que tiene como finalidad que cada trabajador sea agente de su propia salud, siendo la empresa la que facilite y proporcione las herramientas para ello.

“Fundamentalmente se trata de incidir y concienciar en la necesidad de generar entornos, que impliquen mayor salud y bienestar entre los trabajadores, al tiempo que aunar esfuerzos en responsabilidad social corporativa, potenciando el compromiso social y la corresponsabilidad organización-persona, en el marco de un clima laboral positivo”. Queremos animar a las empresas a que formen parte de esta innovadora iniciativa, fomentando así un efecto multiplicador, hecho que permitirá la suma de un mayor número de organizaciones, lo que redundará en un mayor impacto en la sociedad”, han señalado los organizadores del proyecto.

En esta primera edición del proyecto participan un total de 2100 personas de las 25 organizaciones participantes. Además de SPB, precursores del proyecto, participan: 5 Tenedores, APISOL, DECCO, IRISEM, Mecanizados, S.A., NUNSYS, OTP, Industrias Saludes, Vygon, Embutidos Martínez, DCMAutomatizada, SGS, Social&Talent, IdaiNature, Industrias Cárnicas La COPE, Cleanity, Manufacturas Ceylan.

Más información sobre el proyecto en: http://valenciabrilla.com/

Tácticas para retener el talento

El director de recursos humanos de una empresa le dice al responsable de formación: “Hay que reducir el presupuesto de formación; estoy harto de invertir en enseñar a la gente para que luego se acaben marchando a la competencia”. A lo que su colega responde: “Pero es que el peligro de no formarles es que decidan quedarse”. El chiste, muy conocido en el mundillo de la gestión de personas, sirve para ejemplificar la patata caliente que para muchas organizaciones supone la retención de sus trabajadores clave, una misión que no todas ellas saben o quieren abordar.

¿Cuáles serían esos empleados clave? Aquellos que la empresa no puede permitirse el lujo de perder porque su nivel de contribución al negocio es tan alta que sería casi imposible reemplazarlos a corto plazo. Aunque de esos, apunta Emilio Solís, director general de The Human Talent Factory, hay pocos. “Aunque nos guste pensar lo contrario, casi nadie es imprescindible”, asegura. Lo que sí hay, puntualiza Paco Muro, presidente de Otto Walter International, son personas especialmente valiosas porque “viven la empresa, encarnan sus valores, son un ejemplo de rendimiento y saben crear buen ambiente”. Gente top que conviene conservar y que, aclara, puede encontrarse en cualquier departamento y estrato de la compañía: “Desde el limpiador que es cuidadoso, alegre y detallista, hasta el presidente que es capaz de contagiar e inspirar al resto de la organización”.

La crisis y el paro han hecho innecesario que las empresas dedicaran esfuerzos a retener a sus profesionales. Algunas se han refugiado en el poder de su marca como único argumento para mantener cautiva a su gente. “Trabajar en una gran multinacional luce mucho en el currículo, pero usar eso como política de retención es pan para hoy y hambre para mañana. Al final, el profesional sólo está aguantando ahí como trampolín para marcharse a otro sitio”, comenta Custodia Cabanas, profesora de comportamiento organizacional de IE Business School. Y con la frontera entre lo profesional y lo personal cada vez más difusa, añade Paco Muro, “malo será si levantarse cada lunes para ir a trabajar se convierte en un suplicio. Pasamos demasiadas horas de nuestra vida en el trabajo, necesitamos que eso nos aporte”.

Bajo esa perspectiva, la vía salarial tampoco parece la mejor estrategia para impedir la fuga de talento. “El dinero tiene un efecto higiénico a corto plazo, pero no es motivador en el largo”, sostiene Emilio Solís. Y es que, agrega José Ángel López Palomo, profesor de Compensación y Beneficios de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), “los factores que realmente condicionan nuestras decisiones de empleo están más relacionados con el llamado salario emocional”.

UN MEDIDOR DEL DESCONTENTO

Un dispositivo situado a la salida y dos botones: verde si has tenido un buen día; rojo si ha sido malo. Así de simple es la propuesta de Celpax, un proyecto emprendedor hispano-sueco que pone patas arriba los sistemas convencionales de medición de clima laboral. “El problema de las encuestas anuales es que recogen cosas del pasado, muchas de las cuales ya no se pueden cambiar. Nuestro sistema permite medir el clima laboral en cualquier momento, cuál es el efecto que ha tenido en la plantilla un anuncio o un hecho concretos”, explica Bart Huisken, su cofundador y presidente.

Diariamente, de forma voluntaria y anónima, los trabajadores pulsan en función de cómo ha ido su jornada. Además, cuando la empresa lo estima oportuno, se les formula una única pregunta, también anónimamente: “¿Qué nos hace pulsar verde o rojo?”, lo que permite profundizar en las razones de la decisión y adoptar medidas.

“Muchas veces detrás de un rojo hay cosas pequeñas, que molestan, pero que tienen fácil solución, como que se prometió café pero luego nunca hay cápsulas en la máquina”, dice Huisken.

La ventaja, añade, es que los empleados hablan y descubren que ellos mismos también pueden responsabilizarse de mejorar sus condiciones de trabajo. “Que las cápsulas del café estaban en el almacén pero nadie se había preocupado de ir a buscarlas”.

Conciliación

Cuestiones prácticas como un horario flexible, jornada continua o la posibilidad de trabajar desde casa; y otras vinculadas al desarrollo profesional como la formación, las oportunidades de carrera o las relaciones personales con jefes y compañeros, forman parte de esos elementos intangibles que pesan a la hora de retener al empleado. “La estrategia retributiva pasa por hacer de nuestra empresa el mejor lugar posible para trabajar, y por ofrecer a los empleados otros elementos de recompensa y reconocimiento que cubran sus necesidades personales y familiares más allá de la retribución”, resume López Palomo.

La tendencia de la rotación está cambiando. “Ahora los buenos se van”, asegura Paco Muro. “Porque son los más valientes, exigentes y buscados”. Con el peligro añadido de que estas salidas pueden tener un efecto contagio. Cuando la empresa quiera reaccionar, tal vez sea demasiado tarde. “La retención no se improvisa. Si la compañía no se ha preocupado previamente por comprender las necesidades de sus profesionales, hacer una contraoferta a la desesperada o buscarle deprisa y corriendo un proyecto a esa persona que les dice que se marcha no suele funcionar”, dice Noelia de Lucas, directora Comercial de Hays España. “Es como decirle: no te hemos valorado hasta hoy, pero como ahora nos fuerzas, te ofrecemos mejores condiciones para que te quedes. Para cualquier profesional sensato eso sería un motivo más para marcharse”, abunda Solís.

¿Qué otros errores cometen las empresas? Para De Lucas, uno de los más comunes es plantearse la retención como un inmenso “café para todos”. “Las grandes acciones dirigidas a toda la plantilla por igual no sirven. Hay que hilar más fino, porque seguramente al profesional de tecnología no le va a aportar nada un módulo de un MBA”, indica. Otra mala idea: “Centrarse exclusivamente en cuatro o cinco empleados estrella y no preocuparse por identificar potencial entre los más jóvenes y otros departamentos con menor visibilidad”, prosigue.

Emilio Solís no cree que sea necesario retener a todo el mundo porque corren el riesgo de convertirse en “cementerios de elefantes”. Respecto a los que sí conviene retener, Custodia Cabanas recomienda hacérselo saber. Con sutileza, pero que se enteren. “Si te sientes valorado y ves que le importas a tu empresa, estás más feliz y comprometido”.

Fuente: elpais.com

18 reglas de etiqueta para la oficina

No importa qué tan flexible o relajado seas: una oficina es un espacio compartido, y por lo tanto, un sitio donde entran en juego ciertas reglas de etiqueta para asegurar una convivencia armoniosa. La realidad es que algunas actitudes pueden resultar molestas para el resto del equipo, e incluso, afectar su productividad.

Te compartimos algunas de las principales reglas de etiqueta que ayudarán a impulsar un buen clima laboral. Toma en cuenta que para motivar este tipo de actitudes, debes pregonar con el ejemplo y de ser necesario, ponerlo por escrito.

1. Evita comer en tu escritorio. Sobre todo si se trata de alimentos condimentados o de olor fuerte, como atún o cebolla, ya que pueden resultar molestos para tus compañeros. No pasará nada si te desapareces durante un par de minutos para comer tranquilamente en el comedor.

2. No hables por teléfono sobre temas personales. Así de simple. A nadie le interesan tus conversaciones, así que haz el sencillo esfuerzo de salir al pasillo o a una sala de juntas libre. Nunca uses el modo altavoz a menos de que estés completamente solo.

3. No digas palabras altisonantes aunque estés muy molesto. Si se te dificulta controlarte, recuerda que este tipo de actitudes sólo demuestran tu falta de respeto hacia los demás.

4. Si quieres escuchar música, usa audífonos. ¡Esto es básico! No a todo el mundo le gusta el mismo tipo de música, por lo que no debes “forzarlos” a compartir melodías contigo.

5. Si vas a prender o apagar el aire acondicionado, pregunta al resto de los compañeros. Sin embargo, toma en cuenta que trabajar con calor puede disminuir la concentración de las personas.

6. Pon tu celular en vibrador. Si tu smartphone suena constantemente (y con la misma melodía), puedes molestar a los demás.

7. No rocíes perfumes o lociones… a menos de que sea necesario o que los demás estén de acuerdo. Lo mismo ocurre con tu propia loción; evita ponerte demasiada o que sea un aroma muy dulce.

8. Procura mantener tu lugar lo más limpio posible. Trabajar en un lugar sucio y lleno de papeles puede afectar el desempeño de las personas y darte muy mala imagen.

9. No te rías como loco frente al monitor. Esto, además de ser molesto, es una prueba de que no estás trabajando en algo importante, sino que estás chateando con algún amigo o viendo videos en YouTube. Si vas a distraerte durante un momento, sé discreto.

10. Apréndete el nombre de todos tus colegas. Aunque tengas pésima memoria, intenta recordar el nombre y cargo de todas las personas presentes en la oficina. No hay nada más incómodo que se refieran a ti como “hey, tú” u “oye, tú”.

11. Evita los ataques de ira o de llanto. Todos somos humanos, pero como líder o empleado no puedes demostrar abiertamente tus emociones, ya que esto genera desconfianza entre el equipo. Si sientes que no puedes controlarte, retírate y busca otro espacio.

12. No regañes a alguien frente a los demás. Además de ser una situación humillante para la persona que recibe la llamada de atención, es incómodo para quienes lo escuchan.

13. No chismees sobre tus colegas, empleados o jefes. Nada afecta más un clima laboral que este tipo de actitudes dañinas. Si hay algún tema que clarificar, hazlo pronto antes de que se corran rumores por toda la oficina.

14. Sé puntual. Si la hora de entrada es a las 8, a esa hora debes estar en la oficina, especialmente si eres el líder. Llegar tarde puede considerarse falta de respeto y afectar los procesos y trabajos de todos los demás.

15. Pide las cosas prestadas. Sin importar qué tanta confianza tengas con una persona, no es correcto tomar sus cosas mientras no se encuentra en la oficina. Y obviamente mucho más incorrecto es no regresarlas.

16. Ten cuidado con los apodos. Aunque usar motes puede ser un aspecto divertido que impulse la camaradería, también puede generar sentimientos negativos en las personas. Evita usar sobrenombres ofensivos.

17. Si estás enfermo, evita el contacto. Si tú o alguien de tu equipo contraen una enfermedad contagiosa, no deben asistir a la oficina para evitar que se propague. En caso de que lo hagas, no saludes de beso ni de mano.

18. No interrumpas a tus colegas ni invadas espacios. Si tienes un cubículo definido, procura que todos tus adornos o accesorios estén en él y (obvio) nunca te quites los zapatos.

Fuente: entrepreneur.com

8 hábitos de personas altamente efectivas.

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En el dinámico mundo actual, aprender a hacer más cosas en menos tiempo es clave para el desarrollo personal y profesional. Las personas efectivas y exitosas tienen varios hábitos en común. Y lo mejor: tú también puedes desarrollarlos.

Pero, ¿cómo ser más productivos? A continuación, te compartimos algunos hábitos que te ayudarán a ser más efectivo en tu día.

1. Decirle ‘no’ a las distracciones. Siempre.

Las personas exitosas saben usar mejor su tiempo porque son disciplinadas y saben establecer sus metas. También hablo de esas personas que no tienen momentos bajos; sí, hay tiempo para las vacaciones y para la familia, pero saben cómo balancearlo y no se dejan tener momentos improductivos.

2. Leer algo nuevo todos los días

Las personas exitosas y creativas leen constantemente, y encuentran mentores que les enseñan, valorando toda la información que reciben y pueda servirles en un futuro. Además, el hábito de la lectura ayudará a incrementar tu comprensión, imaginación, capacidad sintética y otras habilidades como la ortografía y gramática.

3. Aceptar tus errores

Fracasa cuantas veces sea necesario. Todo el mundo fracasa de vez en cuando; es parte de la vida. Pero cuando lo hagas, no renuncies ni pierdas el tiempo. Lo que separa a la gente exitosa de la ordinaria es la habilidad de levantarse y empezar de nuevo una y otra vez, con un mejor plan para triunfar

4. Levantarte temprano

Las personas más proactivas y efectivas suelen madrugar. Al aprovechar las mañanas de mejor manera podrás terminar tus cosas a tiempo, así como tener horas para ejercitarte, trabajar y estar con tu familia.

5. Definir metas

Las personas efectivas tienen bien establecidos objetivos en el corto, mediano y largo plazo. Incluso en una base diaria. Cada día fíjate nuevas metas que te reten y te mantengan motivado. Por ejemplo, para hoy podrías proponerte hacer 10 llamadas a nuevos clientes y 5 a clientes actuales. La idea es que tú mismo te pongas como propósito ser más efectivo cada día.

6. Seguir la regla 80/20

Muchos emprendedores cometen el error de intentar dedicar su tiempo a atender todos los asuntos. Sin embargo, es importante que entiendas que, al igual que en las ventas, el 20 por ciento de tus acciones te producirán el 80 por ciento de tus resultados. Por ello es clave que establezcas prioridades y trabajes en las cosas que te generan más dinero o mayores oportunidades para el futuro.

7. Cuidar tu cuerpo

El cuerpo es la máquina que nos permite ejecutar y trabajar; y como cualquier máquina, requiere de mantenimiento. Para tener buenos niveles de energía y un buen estado físico (que conlleva a uno mental) es importante que: cuides tu alimentación, tratando de consumir proteínas y mucha agua, y de reducir los alimentos procesados; hagas ejercicio al menos 30 minutos al día, y estiramientos cada hora; e intentes dormir bien, intentando irte a la cama temprano y relajándote para conciliar un buen sueño.

8. Aprender a delegar

Éste es un punto especialmente difícil para los emprendedores que tratan a su negocio como su “bebé”. Debes entender que no puedes hacer todo por ti solo y que necesitas confiar en los demás para completar tus tareas y alcanzar tus objetivos. Una persona verdaderamente efectiva sabe rodearse de gente talentosa, que puede cumplir algunas responsabilidades incluso mejor que él mismo.

Tips para convertirte en un líder inspirador

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Muchos ejecutivos utilizan el miedo como estrategia de poder. Una estrategia que puede ser efectiva en el corto plazo, pero a la larga genera mucho resentimiento entre el personal e inhibe la creatividad y elimina toda motivación.

En cambio, dedicar tiempo a tus dirigidos para ayudarlos te permitirá influir para mejorar el clima laboral de tu grupo de trabajo, elevar el desempeño individual y de equipo.

Lo más importante es que podrás resolver las trabas de aquellos empleados talentosos que no son capaces de demostrar todo su potencial y conseguirás que el resto del equipo observe tu comportamiento y sienta una mayor confianza, consiguiendo que tu equipo de trabajo te respete y admire.

Existe una sencilla estrategia con la que te convertirás en un líder inspirador para todos tus empleados:

1. Realiza una motivación personalizada. Es común que en un equipo de trabajo existan trabajadores con sensacionales conocimientos o habilidades pero sufran de bloqueos emocionales, miedos o frustraciones que les impiden destacar, generando desmotivación y desgano para hacer sus tareas. Esta situación, suele reflejarse en una baja productividad y dificultad para alcanzar las metas.

Aquellos trabajadores necesitan de una motivación personalizada. Para realizarla basta con 3 simples pasos. En primer lugar debes generar un clima de confianza entre él (o ella) y tú para dar el siguiente paso. Ahora, pregúntale directamente por su impedimento y/o malestar. Al final de cuentas has de convertirte en una especie coach para tu equipo. Si les indicas el camino, compartes tips y experiencias que les ayuden a superar sus bloqueos emocionales generarán respeto y admiración por ti.

2. Comparte anédoctas personales. Platícales, de manera grupal o en privado, de la forma en que aprendiste ciertas cosas de la vida, del trabajo, en pocas palabras, cómo fuiste adquiriendo tu propia filosofía de trabajo.

Los trabajos que pasaste y cómo superaste los obstáculos. Recuerda que mucha gente necesita creer que las cosas son posibles y si ven en ti a alguien que ha salido adelante, te convertirás en un símbolo de esperanza para ellos mismos.

3. Reconoce el trabajo bien hecho. Cuando un colaborador tenga un desempeño sobresaliente o haya aplicado su máximo esfuerzo en algo felicítalo inmediatamente. Nunca permitas que un buen trabajo no se note.

4. Corrige el trabajo mal hecho con inteligencia. Esto es más fácil de lo que te imaginas. Sólo requerirás práctica para dominar esta estrategia. Cuando un colaborador realice un trabajo que no tenga los estándares de desempeño que esperas, acércate en privado a él, pon sobre la mesa lo que hizo de manera inadecuada y pregúntale qué es lo que puede hacer la siguiente vez para que no vuelva a cometer el mismo error.

5. Alinea las metas personales de tus colaboradores con las metas de la empresa. Muchos líderes no prestan atención a este detalle y pierden gran parte de su fuerza motivadora, dificultando la posibilidad de lograr resultados con más facilidad.

Fuente: entrepreneur.com

Prácticas que aplican los jefes, que te obligan a renunciar

Es impresionante cuán común es ver a jefes quejándose de que sus mejores empleados renuncian. Y sí deben quejarse de ello ya que pocas cosas son tan costosas y disruptivas para una empresa como la salida de un buen elemento.

Muchos directores tienden a adjudicar la rotación de empleados a su cargo a cientos de razones, mientras ignoran la raíz del problema: los buenos empleados no se alejan de su trabajo, se alejan de los malos jefes.

Lo triste es que estas renuncias pueden evitarse. Lo único que se requiere es una nueva perspectiva y un esfuerzo extra de parte del manager.

Necesitamos entender cuáles son las nueve cosas que los jefes hacen que obligan a los buenos trabajadores a renunciar.

1. Sobrecargan de trabajo
Nada desgasta a los buenos empleados tanto como una sobrecarga de labores. Es muy tentador sacarle todo el provecho a los mejores elementos, pero presionar demasiado a los elementos positivos de un equipo los hace sentir castigados por ser buenos en su labor. Es una medida contra productiva. Un nuevo estudio en la Universidad de Stanford demuestra que la productividad por hora disminuye dramáticamente cuando la semana laboral excede las 50 horas de trabajo.

Si debes incrementar la carga de responsabilidades de un buen empleado, tendrás que subirlo de puesto y salario. Los empleados talentosos son capaces de asumir nuevas obligaciones, pero no se quedarán si se empiezan a sentir sofocados. Si solo le das más trabajo a una persona “porque puede con la carga” sin cambiar algo de su condición, buscará un nuevo empleo que le dé lo que merece.

2. No reconocen las contribuciones de los demás
Es muy fácil subestimar el poder de una “palmadita en la espalda”, especialmente cuando hay empleados buenos que acostumbran a dar buenos resultados. A todos nos gusta recibir las gracias por nuestros esfuerzos, sobre todo aquellas personas que constantemente se esfuerzan en ser mejores. Los jefes deben ser capaces de encontrar qué hace que sus mejores empleados se sientan bien (para algunos es un aumento, para otros es el reconocimiento público).

3. No les importan sus empleados
Más de la mitad de las personas que abandonan su empleo lo hacen porque tienen una pobre relación con su jefe. Las compañías más inteligentes se aseguran de que sus directivos sepan balancear ser profesionales con ser humanos. Estos son los directores que celebran el éxito de un empleado, son empáticos con aquellos que están pasando dificultades y son capaces de enfrentar a las personas que pueden mejorar. Es imposible trabajar para una persona por más de ocho horas al día cuando no le interesa otra cosa más que el producto y las cifras que entregas.

4. No honran su palabra
Cuando cumples con lo que prometes, creces a los ojos de tus empleados porque pruebas ser de confianza y honorable (dos cualidades imprescindibles para un jefe). Pero cuando no actúas según lo dicho, te muestras como un ser irrespetuoso al que no le importa nada ni nadie. Después de todo, si el jefe no cumple con su palabra, ¿por qué habrían de hacerlo los demás?

5. Promueven a las personas incorrectas
Los empleados que trabajan muy duro suelen querer colaborar con colegas que se esfuercen de la misma manera. Cuando los jefes no se afanan en contratar buenas personas, se desmotivan. Promover a los empleados incorrectos es aún peor. No hay un insulto mayor que asciendan al compañero que no hace nada cuando tú trabajas con todo tu esfuerzo.

6. No dejan que las personas persigan sus sueños
Los empleados talentosos suelen ser muy apasionados. Ofrecerles oportunidades para perseguir sus sueños mejora su productividad y la satisfacción con su trabajo. Pero muchos jefes quieren que sus empleados trabajen dentro de una cajita hecha de reglas. Temen que la productividad disminuya si sus trabajadores no están enfocados 300 por ciento en su trabajo. Sus miedos carecen de fundamento porque estudios demuestran que las personas que son capaces de seguir sus pasiones dentro de sus empleos experimentan una especie de “subidón”, un estado mental de euforia que les permite ser hasta cinco veces más productivos que los demás.

7. No saben desarrollar las habilidades de su gente
Hay jefes que desconocen la operación diaria de sus empleados y que tratan de excusarse diciendo que confían en ellos y que sus trabajadores son autónomos. Esto es una tontería. Los buenos gerentes dirigen, sin importar que tan talentosos sean sus colaboradores. Ponen atención a las labores de sus equipos y constantemente ofrecen retroalimentación.

Al ser jefe te toca encontrar las áreas de oportunidad de tus mejores empleados para que puedan desarrollarse. Si no lo haces, tus colaboradores se aburrirán y se irán.

8. Fallan en impulsar la creatividad
Los empleados más talentosos buscan mejorar todo lo que tocan. Si les quitas la habilidad de innovar porque solo te sientes cómodo con el status quo, harás que odien sus trabajos. Encerrar el deseo innato de mejorar no solo limita a tu equipo, te limita a ti.

9. No desafían a las personas
Los grandes jefes provocan a sus empleados para lograr cosas que antes parecían imposibles. En lugar de fijar metas mundanas, ponen objetivos que impulsan a la gente a salir de su zona de confort. Después, hacen todo cuanto pueden por apoyar a sus equipos a lograrlos. Cuando las personas inteligentes se la pasan haciendo cosas demasiado fáciles o aburridas, empiezan a buscar otros empleos que los desafíen intelectualmente.

En conclusión, si quieres que los mejores miembros de tu equipo se queden en tu empresa, debes pensar muy cuidadosamente cómo los tratas. Los buenos empleados aguantan mucho, pero su talento les da abundancia de opciones. Tienes que lograr que quieran trabajar para ti.

Fuente: entrepreneur.com

10 razones para trabajar en equipo

Los grandes triunfos no los consigue un solo jugador; sino un equipo. Ya lo decía Michael Jordan: “El talento gana partidos, pero la inteligencia y el trabajo en equipo ganan campeonatos”. Y la frase de este gran basquetbolista es completamente cierta.

¿En tu empresa trabajan en equipo? ¿Confías en tus colaboradores y empleados para lograr las metas? ¿Todos están en la misma página y trabajan por un mismo objetivo? Si aún no adoptas una verdadera cultura de colaboración, te decimos por qué debes hacerlo hoy mismo:

1. Porque se complementan las habilidades y los talentos. Cuando tienes un equipo de trabajo diverso y bien enfocado, se pueden disminuir las debilidades y potenciar las fortalezas. Busca gente distinta que esté dispuesta a cooperar y trabajar por un mismo propósito.

2. Porque se completan más rápido las tareas. Si todos trabajan en un mismo proyecto, apoyándose mutuamente, el tiempo invertido en una tarea es mucho menor. El trabajo en equipo es clave para la productividad en una empresa.

3. Porque confías y te vuelves confiable. La confianza es el ingrediente básico del trabajo en equipo. Si confías en tu personal y ellos en ti, es mucho más fácil alcanzar las metas y resolver problemas.

4. Porque aumenta el sentido de pertenencia. Si una persona se siente parte de un equipo, es más probable que sea leal a la empresa. Esto disminuye la rotación de personal y aumenta la motivación.

5. Porque es gratificante para todos. Nada se siente mejor que un abrazo o un «high-five» de celebración cuando se cumple una meta de ventas o un proyecto es exitoso. Estos sentimientos compartidos son imprescindibles para que una persona se sienta feliz profesional y personalmente.

6. Porque no estarás solo. Cuando tienes un equipo en el que confías, nunca te acecha la soledad. Puedes compartir con ellos tus ideas, alegrías y tristezas.

7. Porque únicamente así se alcanzan las metas. Muchas cosas no las podrías lograr si no tuvieras el apoyo de un equipo. Por eso, es esencial que desde el principio elijas a las personas correctas que aporten a tu cultura y estrategias de negocio.

8. Porque de esa manera aprendes más de ti. El trabajo en equipo ofrece un importante aprendizaje individual. Cuando realmente todos colaboran, cada miembro sabe para qué es bueno y en qué áreas necesita ayuda.

9. Porque puedes resolver mejor los conflictos y encontrar nuevas ideas. “Dos cabezas piensan mejor que una”… ¿y cómo pensarán 5, 10 ó 15? Para encontrar soluciones a tus problemas nada mejor que compartirlos con los demás miembros de tu equipo y pedir que aporten ideas.

10. Porque es mucho más divertido. Por último, pero no menos importante, está el factor de disfrutar lo que haces. Procura que en tu equipo haya buena comunicación y sana convivencia; ayudará a hacer más fácil y disfrutable cada proyecto.

Fuente: Entrepreneur.com

Las habilidades necesarias para una gestión estratégica de recursos humanos

La gestión estratégica de recursos humanos se refiere a un enfoque completo de negocios y de gestión del capital humano que los líderes de RRHH utilizan para asegurar que sus organizaciones tengan éxito. Partiendo del principio de que el capital humano —una expresión usada para describir el talento, la experiencia y las cualificaciones colectivas de los empleados— es el bien más valioso de una organización, los líderes estratégicos de recursos humanos deben tener ciertas habilidades para formular una estrategia útil para los procesos funcionales y tácticos de recursos humanos.

Habilidades de pensamiento críticas
A los líderes estratégicos de recursos humanos se les confía información, datos y proyecciones relacionadas con la fuerza de trabajo, así como con toda la organización. Por lo tanto, la ética empresarial, los principios y la discreción son habilidades y características esenciales. La gestión estratégica en el contexto de los recursos humanos significa que líderes de recursos humanos deben tener la capacidad de usar su discreción y siempre poner primero los intereses de la empresa. Las habilidades de pensamiento analítico y crítico son de suma importancia en materia de acceso a información y datos confidenciales. Los líderes de recursos humanos también deben ser conscientes de las circunstancias que causen divulgación accidental y no intencional de información que pudiera alterar un plan estratégico.

Habilidades de liderazgo
La gestión estratégica de recursos humanos requiere habilidades de liderazgo, que son fundamentales para la creación de consenso, la negociación y la gestión del día a día de las funciones de recursos humanos. La creación de consenso, algo a lo que se enfrentan casi todos los líderes de RRHH durante su carrera, es más sencilla con las habilidades de liderazgo necesarias para apoyar la posición del experto en recursos humanos. Por ejemplo, defender apasionadamente la financiación adicional para recursos humanos puede ser ineficaz, a menos que el líder de recursos humanos pueda ilustrar a los ejecutivos de la organización y a los directivos de finanzas la rentabilidad de la inversión en las funciones de recursos humanos y el consiguiente impacto en la rentabilidad de la organización. Un profesional de recursos humanos, con pocas habilidades o capacidades de liderazgo probablemente sería incapaz de hacer tal argumento para la financiación de recursos humanos adicionales.

Habilidades de comunicación
Las habilidades de comunicación constan de algo más que la capacidad de producir notas, informes y discursos bien estructurados. La gestión estratégica de recursos humanos eficaz depende de otro componente de comunicación: la escucha. Escuchar al capital humano de la organización y observar las tendencias y mejores prácticas de empleo que las compañías exitosas utilizan son parte del proceso de comunicación. La atención de los líderes estratégicos de recursos humanos hacia la retroalimentación de los empleados permite una mejor comprensión de lo que los empleados necesitan de su empleador para desarrollar una estrategia que apoye los objetivos de la organización.

Habilidades de gestión de negocios
Los líderes de recursos humanos necesitan más que un simple conocimiento de las funciones de Recursos humanos y la ley laboral. La gestión estratégica de recursos humanos involucra un enfoque completo hacia los negocios y los RRHH. Por lo tanto, una visión de negocios es algo de lo que los líderes de RRHH no pueden prescindir. Cada vez más empresas están contratando a líderes de recursos humanos que saben más acerca de los negocios que sobre las disciplinas de recursos humanos. La razón se debe a que la gestión del capital humano, desde un punto de vista estratégico, requiere una base de negocios. Un artículo de «Harvard Business Review» titulado «La nueva ruta a la C-suite», proyecta lo que los futuros oficiales de jefes de recursos humanos (CHROs) deben tener.

Fuente: lavoztx.com